CAPITULO 1

El sudor corre por la frente de la muchacha, que corre todo lo que su cansado cuerpo le permite para huir de esa pesadilla. Pero por mucho esfuerzo que le intente poner a la carrera, tiene la sensación de que está decelerando gradualmente. Las pesadas botas se oyen cada vez más cerca. El bosque crea sombras aterradoras con la luz de la luna, y las ramas de los árboles parecen abalanzarse encima de los caminos con la intención de arrancar a cualquier ingenuo que pretenda pasar por allí. El viento sopla suavemente por entre los arbustos, agitándolos con suavidad, provocando una melodía propia de las películas de miedo. Las deportivas de la chica golpean el suelo, intento levantarlo para poder escapar. Los cordones comienzan a desatarse conforme el ímpetu de la carrera hace que la fuerza con la que están sujetos se deshaga. Sus pantalones cortos parecen apretarse cada vez más a sus piernas calientes, y sus músculos gritan de dolor por el esfuerzo repentino. Su camiseta blanca sencilla se pega a su cuerpo conforme suda, suponiendo un impedimento más. Sus pulseras de metal tintinean las unas con las otras al chocar, provocando un ruido molesto. Jadea. Necesita parar a descansar, pero hacer eso puede costarle la vida. Decide de improviso ocultarse tras un árbol para ver si puede despistar con esa estrategia a sus perseguidores.

Gira abruptamente y de abalanza sobre el tronco de un árbol, y corre hasta quedar detrás suyo. Poco a poco va recuperando el aliento, pero lo contiene cuando el ruido de botas se acerca y va parándose. Cuando por fin han parado de andar, se oye un pequeño clic apenas audible, y un silbido cuando la granada comienza a volar por el aire. Abraza con miedo el árbol, pero para su sorpresa la granada acaba un poco más lejos, y explota con fuerza. La onda expansiva agita su pelo mojado mientras ella cierra los ojos para evitar que el polvo los irrite. Cuando nota que ya ha pasado, suspira aliviada.

Pero su alivio dura poco. Nota como la tierra tiempla levemente, y contempla con horror cómo una enorme grieta perfora el suelo, y la tierra cae hacia el vacío oscuro de la noche. No puede evitar gritar del pánico, y la grieta corre hacia ella para devorarla. Intenta correr, pero tropieza con el cordón desatado y cae. El golpe raspa su barbilla, que late de dolor. La grieta se va aproximando, y ella grita de nuevo…

Se despierta de golpe, con un incómodo sudor frío en la frente. Agarra la sábana de su cama alarmada, apretando hasta hacerse daño. Mira a su alrededor. Ni rastro del bosque terrorífico. Sólo ha sido una pesadilla, piensa aún presa del pánico, sólo ha sido una pesadilla. Saca los pies descalzos de la cama y los pone en el suelo, e instintivamente los quita al contacto con el suelo frío. Se fuerza a sí misma a salir de la cama húmeda por el sudor, y se dispone a comenzar a organizarse, cuando de improviso de abre la puerta…

PRÓXIMO CAPITULO: 14 de marzo.