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Monday, May 30, 2011

INFORMACION IMPORTANTE

A todos los seguidores de este blog... debido a que estoy en exámenes finales, y necesito aprovechar al maximo el tiempo que estudio, os debo anunciar que voy a retrasar el proximo capitulo de La Historia de Luka hasta nuevo aviso. Eso incluye posts e incluso conectarse a Blogger.
Siento las molestias, pero os prometo que os comepnsaré con un capitulo extra-largo la proxima vez! :) Muchisimas gracias a los seguidores ^^
Little Miss Popstar (Carolina)

Monday, May 16, 2011

CAPITULO 9

Ha pasado ya una semana desde el incidente de la explosión. Ni rastro de la niña albina, ni del clon. Parece que se han evaporado tan rápido como han venido. De todos modos era poco probable volver a verlas, si ni siquiera estaban en el laboratorio donde ocurrió el incidente.
Tan pronto como la decisión fue aprobada, todos recogieron todas sus pertenencias, ahogaron las últimas llamas, y cada científico reunió a los "pacientes" que trataba. En un tiempo de una tarde, todo el personal se trasladó al centro de emergencia en mitad del campo, y a la mañana siguiente todo volvía a operar como normalmente. El nuevo centro era un poco más pequeño, pero descontando las bajas que había habido, había espacio de sobra. Luka fue trasladada a una habitación similar a la anterior, pero con los despachos generales ubicados justo al lado. Esto significaba oír hasta tarde el ruido de las fotocopiadoras prehistóricas escupiendo tóner encima del papel, y también se oían los continuos insultos del personal a la máquina cuando no funcionaba, y los golpes propinados a ésta cuando se atrancaba. Menuda nana más efectiva, se decía a si misma. Al cabo de unas semanas memorizó que los jueves alguien le pegaba una patada al aparato, y los sábados siempre venia una mujer, no muy inteligente, que fotocopiaba carpetas kilométricas, y acababa tirando la mitad del papel a la basura porque "¡la puta fotocopiadora ha fotocopiado torcido otra vez!".
Andar por los pasillos del recinto nunca fue tan complicado. Había siempre patrullando alguien por ahí, y estaban obligados a partir de ahora a cachear a cualquier sospechoso y a portar un aparato para dar pequeñas descargas eléctricas. El pasatiempo oficial se convirtió en esquivar a los guardias y ver quien aguantaba mas tiempo, o a llegar hasta cierto punto. Ahora que habían muerto los que estaban peor mentalmente, quedaban los que aun les quedaba algo de sentido común. Luka al fin comenzó a relacionarse con gente de su edad y salir de su aislamiento. La Habitación Blanca que sobraba se convirtió en el centro de reunión de todos los "mejorados", como se hacían llamar.
Llega el viernes. En su habitual reunión de por la tarde, se abre la puerta de repente, y todos se giran sorprendidos. Igual se queda el joven que acaba de abrir la puerta. Sacude la cabeza.
-Yo... Voy a hacer como que no he visto nada.
Empuja a alguien dentro y se larga. Todos se miran entre ellos y se ríen. Y van a ver quien es el nuevo inquilino que les han plantado.
Un chico, de la misma edad que Luka, mira al suelo como si se le fuera a caer la cara en cualquier momento. El pelo castaño caramelo parece del mismo tono del de la chica, y sus ojos apenas visibles parecen ser de color azabache, que brillan como si los hubieran pulido concienzudamente. Lleva el mismo camisón que los demás, que transparenta su pecho trabajado. Pero no parece querer hablar ni contestar a las preguntas que le hacen sus nuevos compañeros.
-Soy... Soy...- logra articular.
-¿Qué te pasa? ¿Es que no te acuerdas de cómo te llamas?
El chico parece tener ganas de irse a un rincón a lamentarse -... No.
Silencio.
-Entonces tendremos que escogerte uno... -la chica de la pregunta anterior le coge del brazo y le arrastra bruscamente hasta el corro- Ven con nosotros.
Al chico sin nombre le toca el espacio al lado de Luka. Ella se gira y se encuentra de frente con el chico que la mira también. Pero la mira de una forma especial. Es como si no pudiera separar la vista de ella, como si sus ojos color carbon estuvieran clavados en ella eternamente.
La mira de la forma en la que cualquier chica desea ser mirada al menos una vez en su vida.
Roja como una amapola, ella aparta la vista, aunque él tarda un poco más en hacer lo mismo. ¿Que la pasa ahora?
-Bueno, comenzamos. ¿Propuestas?
PROXIMO CAPITULO: 23 de mayo.

Monday, May 9, 2011

CAPITULO 8

Anda entre escombros, pero al fin el poco personal que ha sobrevivido ha conseguido controlar la situación. Los fluorescentes cuelgan del techo oscilando peligrosamente, y de vez en cuando caen y se rompen, y los que estaban alrededor se asustan. Hay caras cortadas y sangrando, y gimen pidiendo ayuda. Pero ni siquiera los científicos de allí consiguen reunir a la gente que falta. Parece que han perdido un importante porcentaje de gente.
En la sala de juntas (o lo que queda de ella), un corro de batas blancas discute sobre lo que ha pasado.
-Creía que la amenaza no iba en serio. Como se entere alguien de fuera, se nos acaba el chollo.-comentó un joven.
-Es importante que nadie se entere del desastre que ha sufrido el centro. Y emplee un vocabulario más culto, haga el favor.
-En mi opinión, deberíamos evacuar lo que queda a la otra base que tenemos.-dijo la mujer de las gafas.
-No habría tiempo. Los bomberos verán el humo, y seguro que alguien de los alrededores ha oído algo.
-¿Entonces qué otra alternativa propone usted, señor director?
El director se quedó pensativo antes de contestar. Cuando ascendió al cargo, no pensó en que se le avecinarían amenazas terroristas. -… ¿No podemos deshacernos de algunos especímenes? El sujeto 035 últimamente está dando problemas, según me han comunicado.
Al joven junto a la mujer de las gafas se le escapa un gemido, como si le dieran un puñetazo en el estómago. Tose para disimular, pero bajo su pelo sus ojos muestran miedo. Luka no…
-Eh… Señor director… Luk- esto, el sujeto 035, parece haberse tranquilizado. No está haciendo nada fuera de lo normal.
-¿Incluso cuando lo del quirófano? Eso sí fue violento.
-Parece que fue algo inesperado. Aunque parece resentida, creo que se está tranquilizando.
-Bueno, confío en usted, doctor Akira.
-Le he dicho que me puede llamar por mi nombre.
-Las informalidades en la calle. Que cada uno piense en una alternativa a estar todos perdidos.  Pueden irse.
Pero el joven se quedó atrás, junto con la mujer de gafas metálicas y el director.
-Me gustaría comunicarles… El sujeto 035 parece haberse dado cuenta de nuestro proyecto con clonaciones.
Ambos le miraron con pánico.
-¡No me jodas! ¡Vaya mierda!
-Señorita, ¿cuántas veces la he dicho que tengan un buen vocabulario?
-Perdone, pero es que parece de coña que seamos tan descuidados hasta con eso… ¿Sabe más?
-Aparte de que estaba viva antes de la explosión, porque la miró antes de la detonación… Espero que nada más.
-Hazte cargo de que se olvide de eso, que esté más ocupada con algo.
-Ya estoy en ello, señor director.
****
Sigue buscando alguna salida, o al menos algo de beber, para quitarle ese sabor a polvo mezclado con azúcar del hambre que tiene. Sus pies descalzos se quejan del dolor por los  diminutos cristales rotos que se le clavan. Va tocando las paredes rugosas, antes lisas, y que ahora se convierten en polvo al más mínimo contacto.
Va avanzando, y de repente oye algo que no son lágrimas ni gritos de dolor de mentes perdidas. Avanza cada vez más rápido hacia ese sonido: una voz humana, infantil, que… entona una canción.
Al fin encuentra a la persona que canta: una niña de unos ocho años, albina, que está encogida en una bola, sentada agarrándose las piernas mientras se mece adelante y atrás apoyada levemente en la pared del final de un corredor. De su boca salen unos extraños versos:
El final debía llegar
Aunque ya era de esperar.
Siempre ansié llegar
Al día en el que fundirme en la oscuridad.
Un día deseado por muchos
Desesperado por más.
Pero al final no podrán evitar
Una muerte lenta y tortural.
Se quedó mirando a la niña, que no para de cantar lo mismo una y otra vez infinitamente. Luka mira a los lados para ver si alguien la puede ayudar. Pero cuando vuelve a mirar hacia la niña, ésta ha desparecido.
PROXIMO CAPITULO: 16 MAYO (intentare hacerlo, pero empiezo con exámenes y tendre que estudiar más).

Monday, April 25, 2011

CAPITULO 7


Abre los ojos poco a poco, y parpadea para aclararse la vista borrosa que se le ha quedado. Nota algo de dolor en el cráneo, parece como si se ha hecho un chichón sin importancia. Aún con loa ojos cerrados, se palpa la cabeza. Despeinada, pero todo en orden. Al fin, se aventura a mirar a su alrededor.
Parecen los restos de una guerra civil que se ha librado en un laboratorio. Trozos de pared que levantan un ligero polvo se esparcen por el suelo gris, y tiras de metal que sujetaban las paredes se encuentran por el suelo, roñosas, erectas como si quisieran herir a alguien. Los ordenadores muestran pantallas negras sin mensaje, excepto alguna en la que se lee en el monitor empolvado y resquebrajado "cable 175 loose. Boot hardware missing. Strike key to continue". Trozos de cristal amenazan con cortar al mínimo contacto, y varios cables que salen del techo bailan mientras zumban al acumular electricidad estática, incluso sueltan chispas en algunas ocasiones.
Luka se erige en el sitio. Se mira sus piernas. Hasta ahora no se ha dado cuenta de la terrible herida que le ha ocasionado la explosión: un corte a lo largo del muslo que sangra en abundancia.
Busca con la vista algún resto del tanque donde se mantenía a su doble. Nada. Suspira.
Con dificultad, se levanta, y se arrastra hasta la puerta de la salita oscura, cortándose al avanzar. Es increíble de hasta dónde se pueden sacar fuerzas, se dice a sí misma.
Fuera de la sala, la escena es similar, pero con más gente intentando socorrer a los heridos graves. Al final iban en serio. Qué raro.
-¡Dios mío! ¡Luka! Menos mal que estás bien.
Ella se gira al escuchar al científico que la trae loca. Aunque su cara está ligeramente sucia con polvo, y tiene un par de rasguños sin importancia, sigue tan guapo como siempre.
-Sí, sobre todo-contesta fríamente. Mira hacia su muslo ensangrentado.
Al hombre se le queda una cara alarmada.
-¿¡Pero cómo te has hecho eso, hija mía?!
-Yo no soy tu hija
-Es una forma de hablar. Enséñamelo un poco más de cerca.
Ella estira la pierna desnuda. La examina rápidamente con la vista.
-Es un corte profundo. Deberías ir a- Espera, que eso estaba al lado de… Hmmm… Yo te lo curo, anda.
Se da media vuelta y Luka le sigue, mientras observa como las cabezas y los brazos van asomando de entre los escombros, buscando algo de luz, y a ser posible, esperanza.
Llegan a su despacho. Ha tenido suerte de que esté localizado lejos del atentado, y todo permanece casi intacto excepto por un par de cuadros que se han caído y roto el cristal. El despacho consiste en una mesa de metal con cuatro patas, con la parte que da al frente cubierto con una placa de metal para que no se vean los pies. Encima, un ordenador de sobremesa negro con un teclado polvoriento y una taza de café helada de ayer. Una silla giratoria se sitúa detrás de la mesa, sobre una moqueta gris estilo oficina de abogados, con espirales rojas grisáceas pintadas en ella. En un pequeño armario en la pared del fondo se encuentra un botiquín de primeros auxilios, que el joven coge y pone sobre la mesa del despacho minúsculo iluminado con luces cuadradas fluorescentes empotradas. Abre el maletín, que contiene lo básico para este tipo de casos. Al cabo de un tiempo, una gruesa venda ligeramente carmesí cubre la pierna de la chica.
-He visto algo especial en una habitación.-dice ella de repente.
-hay muchas habitaciones en este recinto.
-Quiero saber qué demonios hacía una réplica de mí en un tanque de agua. Y por qué me ha mirado justo antes de la explosión.
Él no contesta. Se levanta de estar arrodillado. La mira. Se miran.
La coge de la cintura y se la acerca. Ella hace un ruido de molestia por el dolor. Y de improviso, la besa. Con fuerza e ímpetu, durante un largo rato. Al acabar, ella jadea del cansancio, y se lo devuelve. Cuando se vuelven a separar, el chico recupera la respiración.
-… Vuelve a mencionar el tema y te juro que me cargo tu vida.
Y la suelta. Ella cae al suelo porque le tiemblan las piernas. Está confusa. Y tras mucho rato para recuperarse, se levanta y sale del despacho.
PROXIMO CAPITULO: 2 de Mayo 

Monday, April 18, 2011

CAPITULO 6

Da vueltas en la cama, incómoda. Nota que algo no va bien, que algo extraño va a pasar esa noche. Le han dicho que se esté atenta por si pasa algo, pero como de costumbre no ha pasado nada. Cada vez confía menos en esos idiotas mentirosos. Que si la iban a liberar, que si no iba a doler, etc.
Sin previo aviso, suena un timbre ensordecedor, tan fuerte que tiene que taparse lo oídos para no quedarse sorda. Se encoge como un animalito ante el peligro. Abruptamente, entra un científico al que no ha visto nunca antes, que da un portazo casi partiendo la pared. Suda de la carrera y del miedo.
-¡Sal de aquí ya! ¡Aviso de bomba terrorista!
Instintivamente, quiere empujar al hombre y salir por patas. Pero su experiencia le dice que esté tranquila, y que salga despacio y sin armar alboroto. Eso hace. El hombre le mira extrañado al ver la actitud de pavo real con la que sale la chica. Sacude su cabeza, y sale corriendo a avisar a otra celda del recinto.
Se oyen gritos de pánico. Sirenas de alerta llenan de ruido el aire. Pasos desesperados intentan encontrar la salida en este laberinto artificial. Caras que muestran miedo ante la incertidumbre. Entre todo el alboroto, Luka se considera otra gota más en esta corriente de humanos paranoicos. Mira de un lado a otro buscando alguna señal de EXIT. Debe reconocer que han conseguido intimidarla. Pero no lo reconocerá en público jamás.
Tras recorrer pasillos que no ha visto en su vida, ver más jeringas que un residente en un hospital de prácticas, y haber corrido más que un maratoniano, por fin encuentra una puerta que parece segura. Sin pensar, agarra el picaporte velozmente, y tira. Se da cuenta tarde de que esta puerta se empuja, y enfadada empuja con rapidez y la vuelve a cerrar. Se apoya en la parte trasera mientras recupera el aliento. Levanta la vista del suelo al notar una luz azulada ante ella.
Ahoga un grito.
Se ha metido en una habitación llena de ordenadores que pitan, pero al menos no se oyen muchos gritos de la gente que corre alocada. Las pantallas muestran mensajes tales como "Niveles de glucosa bajos" o "Cable 29 se ha soltado". Las sillas frente a los monitores están vacías, pero un café reciente humeante muestra que hace bastante poco que había alguien. Pero no son los ordenadores con mensajes oscuros y letras verdes ni la luz atenuada la que la llaman la atención, sino algo bien distinto.
Ante ella, un tanque con líquido con pequeñas burbujas teñido de azul claro. Pero no es el color lo que más le asusta, sino lo que está preservándose en su interior. Luka se acerca al tanque resplandeciente, y apoya las yemas de los dedos en el cristal helado. Delante suya se encuentra, sujeta con cables, una réplica exacta de ella, como un clon fantasma. Tiene los ojos cerrados. Parece descansar en tranquilidad mientras cables y tubos de ocupan de mantenerla ligeramente con vida. Incluso lleva  el mismo camisón que ella...
Luka no puede separar los ojos de su doble. Está sobrecogida. Quiere estar ahí y poder examinar con la vista todo su cuerpo. ¡Ostras, si parece su reflejo!
De repente, los ojos de la doble se abren. Unos ojos de iris rojo miran con una cabeza inclinada. La cabeza mira a Luka ahora. Sus ojos se encuentran. La chica del tanque sonríe casi imperteptiblemente.
Y entonces se oye una explosión. Sonido ensordecedor. Cristales rotos. Dos cuerpos caen al suelo.
Silencio.
PROXIMO CAPITULO: 25 de abril
No te olvides de votar cuál ha sido tu reacción ante el capítulo al final de este post! :)

Monday, April 11, 2011

CAPITULO 5

Se arrepiente de no haber comido al final, pero su estomago está lleno de rabia por haber caído en una fantasía tan infantil. Sabía que su amor platónico nunca iba a llevar a nada, pero no podía quitarse a ese hombre de la cabeza desde hacia ya tanto tiempo que ni se acordaba ya. Fue casi desde el momento en el que le conoció. Eso fue ya hace un par de años a lo mejor.
Llego a este agujero de ratas con catorce años. El joven tenía unos veintiún años Había llegado al recinto de laboratorios inconsciente, y por alguna razón no se acordaba de los trece años que había vivido. Fue ver al joven y quedarse prendada. Y el modo en que la miraba al conocerla... Le gustaba acordarse de cuando en cuando para poder dormir bien y bloquear todo lo que la impedía conciliar le sueño.
Debía haberle confesado antes lo que sentía, antes de que le robaran la única persona que recordaba haber amado. 
Pero eso era pasado. Y ya no se puede cambiar lo que se ha hecho.
Se abre la puerta. Esta vez entra la colega de su actual científico. 
-Qué sorpresa más... Ehm... Grata, creo.-dice Luka con obvia bordería.
-Jaja, qué amable.-responde de la misma manera.- Escucha bien, que no lo voy a repetir más. Te voy a dar papel y lápiz, y vas a dibujar algo que te ha dejado marcada: cualquier suceso que sea. Hale, vamos, no me hagas perder el tiempo.
Luka le lanza una mirada asesina,  y coge de mala gana el material de dibujo. Se apoya en el suelo y comienza a dibujar. La mujer se ausenta un momento mientras la chica va dejando líneas oscuras en el papel.
***
-Trae eso. A ver...
En los pocos minutos que ella no estaba, a Luka le ha dado tiempo a hacer un dibujo razonablemente bueno, pero de significado oscuro. 
La escena muestra a una chica desmelenada, con la boca abierta en señal de grito, y con los brazos agarrándose el cráneo. Parece sufrir. A su alrededor fantasmas negros rondan flotando. Con sus garras semitransparentes parecen arañar levemente a la joven.
Mete el dibujo en su carpeta, y aunque no se los vea, tras sus gafas sus ojos muestran miedo. Mucho miedo. 
-¿A que te ha encantado?-dice Luka con voz guasona, evidentemente intentando molestarla.
-Es... Interesante.-replica. Si esa niñata intenta ponerla nerviosa, lo ha conseguido. Pero su orgullo no le permite decirlo.
-Usted estaba presente. Seguro que lo recuerda. Al fin y al cabo, me ayudó a llegar a este estado. ¿A que uno se siente feliz al realizarse?
Se gira. Su rostro muestra enojo evidente.
-Eres... Mira, paso de contestarte.
Luka sonríe pícara mientras la científica se marcha. Primer paso conseguido.
***
Ha sido otro día rutinario en el laboratorio: peleas, miradas, dosis de agujas, y algún que otro golpe con una regla en la nuca. Pero es de noche, y la ración de pan correoso con puré de las sobras al menos la han calmado el vacío del estómago, que encoge por momentos. Luces fuera. Pero ella es más lista y ha mangado un mechero en un momento de despiste. Lo enciende tras quemarse un par de veces el pulgar, e ilumina el cuaderno improvisado que desde hace más bien poco oculta de ojos curiosos. Lo abre. 
Sus páginas deterioradas muestran los más retorcidos aparatos de tortura jamás ideados, siempre atacando a la misma persona. Y en todas las páginas, un mismo mensaje: Te odio.
Piensa reclamar su venganza, lo que es suyo. Cuesten las vidas que cuesten.
PROXIMO CAPITULO:18 de abril.

Monday, April 4, 2011

CAPITULO 4

A Luka no le apetece hacer nada. La verdad es que no está de humor para más bromas por parte de sus superiores. Está sentada en la camilla, o lo que queda de ella, cabizbaja y pensativa. La sábana está en el suelo, hecha jirones y con agujeros, los trozos que faltan esparcidos por el suelo de plástico blanco. El pelo le cae molestamente sobre la cara, e intenta quitárselo soplando sin éxito. Bufa cual gato. ¿Qué ha pasado exactamente en ese momento de descontrol? Es como si algo hubiera tomado el control de mi cabeza, piensa. ¿Pero qué ha desencadenado semejante reacción? Un ligero sudor hace que el camisón de tela barata semitransparente se le pegue insinuantemente en la parte superior del busto. Es por eso que prefiere ir desnuda que portar eso, que es lo mismo prácticamente.
Entra de nuevo el joven de la bata blanca. Últimamente está muy solicitada. Parece ser que sus ataques de rabia la han hecho famosilla. Esta vez trae un ordenador Apple bajo el brazo, y unos cuantos cables con él. 
-Unas pruebas indoloras, OK? Solo tengo que ponerte unos electrodos en la espalda y listo.
Una mentira más grande que una casa, se dijo a sí misma.
Le descubre los hombros suaves con sus manos, y ella se tensa ligeramente por la emoción, es como una corriente eléctrica de placer. Ama el contacto de su piel con la de él. Pone con cuidado los electrodos con ventosa en los omoplatos. Intenta ocultar su aliento irregular todo lo que puede. De repente, los dedos del hombre se paran, y comienzan a bajar por la espalda, más y más abajo. La tela tranparentosa va cayendo, al igual que los dedos del joven, que recorren la espina dorsal. Semidesnuda. Luka comienza a tener un deseo prohibido, darse la vuelta y descubrirse al completo. Ante él.
Pero para, y cesa el contacto. Pone otro electrodo pervertido en la parte superior de la pelvis, prácticamente en el trasero. Silencio. Poco a poco ella se tranquiliza, y se recupera del casi desmoronamiento que le ha producido este momento de tensión. Tan cerca...
Un cuarto de hora después, el chico despega con cuidado las ventosas de los pequeños aparatos, ya calientes por el calor corporal de Luka.
-¿Ves como no era para tanto? Hale, duerme un poco, pareces alterada.
-Adiós...
Hijoputa, piensa para sí. Por no decir otra cosa.
***
Se muere de hambre. Parece que hoy se les ha olvidado pasarla la bandeja con la cena esta noche. Se levanta de la cama damnificada. Pues iré yo misma. Nadie me va a privar de mi cena, aunque sea una mierda, piensa. 
Los científicos se han vuelto a olvidar de encerrarla. No se extraña en absoluto. Total, hay gente peor que ella que merece ser encerrado con tres candados, en caja de titanio, y que les tiraran al mar. Tanto químico dentro de un cuerpo no puede ser bueno.
Avanza de puntillas por el pasillo de metal congelado. Los músculos le tiemblan de frío. Por fin consigue orientarse con la tenue luz de las lamparas. Avanza con precaución. Lo único que le faltaría ese día es ser descubierta por los médicos y que la quitaran de las habitaciones Blancas.
Comienza a oler a potaje de lentejas... Lo odia, pero es lo que hay, aunque le siente como un cuerno. Pero antes de llegar a la cocina, escucha una conversación en el despacho por el que acaba de pasar. Aminora el paso, y comienza a escuchar.
-... Yo empiezo a sospechar de esa niñata. ¡¿No te das cuenta?!
-Vamos a ver...- suspira una voz familiar,- entre ella y yo no pasa nada. ¡Yo la hago pruebas y punto!
-Pues no lo parece.
Se oyen respiraciones agitadas, y ropa que se revuelve y cae. De repente, ya no tiene hambre. Es más, le pican los ojos. Es mejor que se vaya ya antes de que monte una escena.
PROXIMO CAPITULO: 11 abril.